El príncipe y la Cobra

| Etiquetas: , , | Posted On 2 de marzo de 2010

Hoy os propongo un juego: describo a una persona y hay que adivinar de quién se trata.

Ø La primera pista es que hablo de un personaje que se hace pasar por cantante.

Ø Segunda: Su última aparición fue en una gala en la televisión pública. Una gala que reúne mucha expectación pese a que se trate de un Festival muy criticado.

Ø Tercera pista: La canción no es ni mucho menos un superventas, pero ha sido la más sonada en el último mes, gracias a la polémica que le rodeaba.

¿Todavía no sabéis de quién se trata?

Ø Otra pista más: Se podía intuir que su presencia en el escenario sería abucheada y pese a ello nadie lo evitó.

Ø Vamos con la quinta pista: La presentadora de la gala se ganó el sueldo de todo el mes por intentar mantener el orden mientras este personaje estaba en el escenario.

Ø Y última pista: Después de su presencia en la gala final, el ente público ha dicho que cambiará la forma de votar para el próximo año.


¿Ya lo sabes? En efecto, se trata del príncipe Manuel Filiberto de Saboya, nieto del último rey de Italia. Este personaje también la lió en el Festival de la Canción; pero no en Eurovisión, sino en el certamen italiano: San Remo.


No hay muchas diferencias entre lo que pasa en España y en el país de la bota. Sólo que aquí parece que tengan más clase a la hora de montar los escándalos. Y es que aunque la situación fu casi la misma, el contexto era distinto: por un lado los italianos saben que Eurovisión está perdido, y antes de presentarse y quedar entre los últimos puestos se retiraron con dignidad y ahora se centran en San Remo, el certamen de la canción italiana por excelencia (como en los mejores tiempos del Festival de Benidorm). Y, por otro lado, en lugar de un matón de discoteca, aquí quien montó el espectáculo fue el mismísimo príncipe.

Filiberto de Saboya se presentó al Festival con la canción "Italia, amore mio", que ensalzaba los valores italianos de la familia, la unidad nacional y Dios. Curioso argumento para alguien que no ha pisado tierras itálicas hasta 2002 (pero no porque él no quisiera, sino porque no le dejaban). Y es que hasta ese año no se abolió la ley que prohibía a la familia Saboya entrar en el país, tras declararse la República en 1946.


Desde que Filiberto entró en el Bel paese se hizo un hueco en casa de los italianos. Exactamente al hueco que ocupa la televisión, ya que es un asiduo a los programas del corazón y a los reality, tipo “Mira Quien Baila”. Por eso los italianos se tomaron, al inicio, con humor la candidatura del príncipe. Pero lo que ya no les hico tanta gracia fue ver cómo llegó a la final y se alzó con la segunda posición.

Y es que San Remo representa lo más profundo de Italia, y para los más patrióticos (es decir, para los más republicanos) era toda una ofensa que el mismísimo nieto del último Rey (que les abandonó tras comenzar la IIGM) se colara en el podio del festival.

Como consecuencia el público asistente comenzó a silbar y los músicos rompieron las partituras y las lanzaron al escenario. El príncipe por su parte, apeló de forma muy austera a la soberanía popular a través del televoto. Igualito que John Cobra agarrándose los “mismísmos” en medio de la gala y mandando al público a un lugar nada agradable.



Lo único que se puede sacar en claro de toda esta historia es que “il popolo” es el único soberano. Y lo seguirá siendo aunque se revele (abucheando) contra quien días atrás era votado masivamente.

Un abrazo, Salva.

Comments:

There are 4 comentarios for El príncipe y la Cobra

Publicar un comentario