Hogar, dulce hogar...

| Etiquetas: , , | Posted On 21 de septiembre de 2009

¡Por fin internet! Lo que nos ha costado encontrar un “posto” con wi-fi para poder actualizar el blog. Al final resulta que toda la plaza del ayuntamiento tiene señal, eso sí, para acceder hemos tenido que pedir la contraseña en la oficina municipal. Ya habíamos leído algo acerca de los lugares públicos con internet, pero hasta hoy no hemos tenido tiempo de investigar si eran ciertos los rumores o no. En cualquier caso, iremos tirando de esta conexión hasta que tengamos internet en casa; y es que de momento las operadoras con las que hemos hablado son muy caras y ningún vecino tiene su señal abierta.

Estos días han sido de locura. En realidad no hemos hecho casi nada de lo que teníamos programado, pero al final de cada “giornata” acabábamos exhaustos. ¿Sabéis lo que cuesta convertir una casa en un hogar? Para poder deshacer las maletas teníamos que limpiar primero los armarios, la habitación y el baño; para poder limpiar teníamos que comprar los productos de limpieza; para poder ir a

comprar teníamos que comer primero; y para comer… fuimos a un pizza-euro, donde nos pusimos las botas.

Finalmente fuimos a comprar. Primero a un supermercado llamado PAM, una especie de Mercadona donde (paradójicamente) lo más caro es el pan. Luego Rubén me llevó hasta el extrarradio de la ciudad para ir al Lidl, menos mal que “el paseo” valió la pena porque allí los precios son casi iguales que en España. También queríamos haber ido al Carrefour, pero todavía no hemos tenido tiempo. Y cuando ya estábamos desesperados porque los precios en las tiendas eran “troppo” caros nos cruzamos con el mercadillo.

Aquí lo montan día sí y día también. El primer día que pasamos era de antigüedades. Luego de ropa y lencería. También había puestos de plantas y finalmente de menaje. A “tutto un euro” hemos llenado la casa de trapos, toallas, utensilios de cocina y hasta unas tazas de café “molto carine”. Eso sí para comprar los cubiertos y las sartenes nos fuimos a IKEA.

La parada de bus para ir a ikea ya la teníamos fichada desde Julio; y aunque nos la han cambiado de sitio por unas obras, al final encontramos el microbús. Bueno, en realidad nos topamos con él cuando íbamos calle arriba y abajo preguntando a la gente. Ir a Ikea es perder toda la mañana y parte de la tarde soñando cómo podría ser tu casa si tuvieras dinero. Y nosotros no fuimos menos. -“Esto lo podríamos poner donde la tele”; -“Coge ese bol para las ensaladas, bueno ese otro que es más barato”; -“Esas lamparitas son muy caras, déjalas para otro día”… En total, casi 150€, y eso sin contar con la comida y el bus (5€ ida y vuelta cada uno).

Hemos estado tan ocupados en darle vida a nuestra casa que casi se nos ha olvidado que fuera de nuestros muros hay toda una nueva ciudad por descubrir. En julio, cuando vinimos a buscar casa ya conocimos las calles principales, pero todavía nos queda mucha Bolonia por andar. Para ayudarnos a adaptarnos a la vida Erasmus está la asociación ESN Erasmus, que con toda la buena voluntad organizaron un “giro” por la ciudad. Digo que estuvo organizado con buena voluntad porque eso fue lo único bueno de la visita. Nos citaron el jueves a las 15h en la plaza del Neptuno ¡y en qué hora se nos ocurrió acudir allí recién comidos!

Allí nos concentramos unos 100 estudiantes de fuera –casi todos con acento español- y tras dividirnos en dos grupos comenzamos una visita guiada de casi ¡tres horas! No sé de qué pasta estarán hechos los italianos, porque lo que somos los españoles estábamos todos cansados a los 20 minutos (es que las 15h de la tarde es nuestra hora de la siesta). De esa forma, al final la gente fue desapareciendo poco a poco y fuimos menos de 50 los que llegamos a la última parada: un bareto donde nos invitaron a cenar. No fue gran cosa, pero gracias a la oficina ESN ese día no tuvimos que gastarnos ni un euro más en comer. Y eso es de agradecer cuando tienes que sobrevivir con una beca Erasmus en Italia.

Un saludo y ¡nos leemos cuando volvamos a encontrar internet!

Salva.

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