La vitta in diretto

| Etiquetas: , | Posted On 28 de octubre de 2009

El otro día en clase hablando con nuestros compañeros, nos preguntaron qué opinión teníamos sobre la televisión de aquí, de Italia. Y pensé ¡anda! llevamos poco más de 40 días aquí y todavía no hemos dicho en el blog nada de la forma de hacer televisión que tienen los italianos.

A nuestros compañeros les dijimos que “es igual que en España, tenemos muchos programas que son los mismos”. Pero lo que no les explicamos es que la televisión aquí es más antigua. No me refiero que sea en blanco y negro, pero casi. ¿Recordáis a las mamachicho? Pues no han evolucionado mucho desde entonces. Otro día me dedicaré a explicaros lo que se estila en la tv del Bel paese.

Como les decíamos a nuestros compañeros, la mayoría de programas españoles tiene un gemelo italiano. Bueno, hay un caso que más que gemelo es un hermano. Un hermano grande, un Grande Fratello”.


La mecánica es la misma. Una casa, 17 concursantes, un premio y cientos de cámaras grabándo día y noche. Y una gala semanal emitida por “Canale Cinque” (T5); eso sí, aquí no está Mercedes Milá. La “condutrice” se llama Alessia Marcuzzi y no, no va vestida de ninguna fruta o verdura.

Grande Fratello cuenta ya con diez emisiones a sus espaldas. Este experimento sociológico llego aquí un año después que en España, en 2000 y hasta ahora siempre se había emitido desde finales de enero hasta mayo con un éxito de audiencia rotundo (ves, esto sí que lo tenemos en común con los italianos). Pero en esta ocasión, la décima edición del concurso la han adelantado a octubre (no sabemos si porque aquí también T5 tiene falta de audiencia como en España). El cambio de temporada no ha dejado indiferente a nadie, e incluso hay quién dice en la red que deberían dejar salir a los concursantes en las “feste natalizie” para ir con “la famiglia”,(que aquí es lo más importante).

La casa de esta décima edición es igual de grande o más que a las que estamos acostumbrados nosotros. Mucha luz natural y todos los muebles muy bohemios sacados de un catálogo del IKEA. Este año, para que no se pierdan los posados en bikini, les han puesto la piscina interior, porque en invierno refresca (más de lo que ya hace).

Lo que falla es el confesionario. Una pared acolchada como si fuera una cabina de radio, en color rojo y un sillón a juego. Ni rastro del famoso cuadro de “Las mil y una noche” de Matisse. En Italia no lo relacionan con el confesionario. Eso sí, lo conocen y lo utilizan como decoración para las salas de espera.

La foto es de una oficina de trabajo temporal que nos encontramos Rubén y yo de camino al Lidel; y no pudimos resistirnos la tentación de inmortalizar el momento.

La “prima puntata” (gala) de la décima edición, comenzó con un baile de todos los concursantes que hasta ahora han pasado por la casa “del cinecittà” (que traducido al castellano sería Guadalix). El plató, lejos de los colores apagados de nuestro Telecinco, es una enorme caja blanca, con público por los cuatro costados, cámaras en cada rincón (incluso con dos “cabeza caliente”) y cientos de pantallas repartidos a lo largo y ancho del cuadrilátero. En el centro, una gran pantalla gigante circular. La presentadora puede caminar tranquilamente por todo el set y hablar mirando hacia cualquier costado porque siempre hay una cámara enfocándola.

Así empezó ayer lunes, “alle 21.10 su Canale Cinque” la vida en directo



A mitad de transmisión, me di cuenta de un “piccolo” detalle, los concursantes no dijeron ni una sola vez aquello de “Mercedes no te oímos”. Las conexiones de audio fueron perfectas, es decir no se coló el sonido del pinganillo de la presentadora, ni mostraban unas imágenes de la casa mientras que el audio era de otra estancia… ¡nada!

Los concursantes fueron entrando uno a uno a la casa, a través de una pasarela con alfombra roja que terminaba frente a una pantalla gigante donde Macuzzi les confirmaba que podían entrar en GF. Bueno, a todos no se lo decía. Y es que aquí el Grande Fratello fue un poco más cruel que en España. Hubo dos concursantes a los que la casa “les cerró la puerta”.

El primero de ellos se tuvo que batir en duelo telefónico con otro aspirante a concursante. Tras veinte minutos estresantes para los dos (pero de recaudación para la cadena), les comunicaron la decisión de la audiencia, dejando fuera a uno de los dos con una cara de desilusión digna de un culebrón sudamericano. La segunda aspirante que no pudo entrar a concursar fue Alessia Giovagnoli una “ragazza” de la Umbría (la región situada en la punta de la bota). A mí me hubiese gustado que entrase esta chica, más que nada porque vive en Bolonia y ¡estudia en la misma facultad que nosotros!



A “mezanotte” todos los concursantes ya estaban sentados en el sofá mientras que en la pantalla la presentadora les dijo eso de -disfrutad mucho de esta experiencia y nos vemos “il prossimo lunedì”-. Y así comienza una nueva entrega de este concurso que ha cautivado a más de medio mundo. Eso sí, la impresión que me dio fue que aquí los grupitos, pactos, las estrategias y los post-paseos por los platós de tv no se estila. Eso sólo es típico de España. Y es que ya se sabe lo que se dice, que “Spain is diferent”

Espero vuestra opinión. Salva

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