Surrealista sabor cañí

| Etiquetas: , , | Posted On 26 de abril de 2010

Apenas instalados en casa tras el viaje a Nápoles y con motivo de reencontrarnos toda la tribu europea y festejar los cumpleaños de Frantisek y Maja, (una amiga serbia que conocimos en tierras napolitanas), celebramos una vez más una de esas cenas internacionales en la que el país anfitrión fue España.

A modo de imitación de la Feria de Abril, Amendola 17 se vistió de faralaes para acoger el mayor evento de raza española celebrado en Bolonia. Invitados al sarao: Bélgica, Suiza, Serbia, Italia y República Checa.

Y en la mesa, huevos rellenos, tortilla de patatas, jamón Navidul, lomo embuchado, 'pantumaca'… Sólo nos faltó una guitarra y el estampado de lunares, porque el tablao flamenco y las palmas ya las pusimos nosotros. A ritmo de Bamboleo y Djobí Djobá comenzamos la fiesta por todo lo alto. Poco después, cruzamos el charco y llegamos a Italia, donde descorchamos un vino de la región y cantamos al son del Volare… Una vez llegados a los postres, apareció en medio de aquel karaoke improvisado la Lambada, y cuando aquello parecía insuperable, llegó el momento de cantarle a la cumpleañera Maja (pronunciado Maya). Sin pensarlo, Youtube se alió con nosotros y en francés, alemán, checo y español sonó la cancioncilla de: “En un país multicolor…”. Pero no sólo el de Maja fue el único cumpleaños que celebramos. Nuestro checo, Frantisek, cumplía primaveras y el “tanti auguri a te” (cumpleaños feliz) fue canción obligada.


[Frantisek y Maja, orgullosos de sus regalos como niños pequeños]

Sin duda, una noche surrealista que nos dejó muy buenos momentos para recordar y agotó nuestras baterías. Las mismas que a las 7:30 de la mañana siguiente no funcionaban camino de Rímini y San Marino. Pero eso es harina de otro costal, que más tarde tendremos que contar.

¡Saludos!

Rubén

El cielo abierto

| Etiquetas: , | Posted On 22 de abril de 2010

Cuando todas las compañías ya habían empezado a volar, Ryanair todavía tenía canceladas sus rutas. Quizás por miedo a la nube de cenizas o quizás porque ya lo había anunciado con demasiada antelación; pero en realidad lo que estaban haciendo es preparar una campaña de marketing a lo grande.

Esta compañía ya nos tiene acostumbrados a spots llamativos. Desde Sarkozy hasta la Reina han sido protagonistas de sus anuncios. Pues bien, ahora ha sido el turno al Eyjfjall, el volcán islandés. En lugar de echarse las manos a la cabeza como el resto de compañías aéreas, y lejos de lamentarse por las pérdidas de estos días, han hecho leña de las cenizas caídas y han lanzado una súper oferta

Y nosotros, asiduos a la compañía de bajo coste no hemos desaprovechado la ocasión. Después de un par de llamadas a Frantisek para ajustar fechas y con el calendario en la mano para que no nos coincida con otros viajes, hemos re-organizado nuestra visita a Centroeuropa.

Esperemos que con el segundo intento sea suficiente, y podamos visitar las cuatro capitales europeas más próximas entre sí. Entre el 27 de mayo y el 1 de junio vamos a intentar ver no sólo Bratislava, sino también Budapest, Viena y Praga. Lo bueno de esta oferta es que no sólo hemos recuperado el dinero del anterior viaje frustrado; sino que además nos ha salido más barato.


Al final vamos a tener que unirnos al grupo de Facebook “Ryanair es el mejor amigo de un Erasmus”.

Un saludo viajero, Salva

A los pies del Vesubio (II)

| Etiquetas: , , , , | Posted On 21 de abril de 2010

Sepultada bajo las cenizas de un gigante dormido, Pompeya también ocupó unas horas de nuestro viaje napolitano, aunque si bien fueron pocas. Las ruinas de aquella urbe arrasada en el 79 d.C. salpicaban las colinas tapizadas de hierba bajo la atenta mirada del orgulloso Vesubio.
De la mano de un guía turístico recorrimos las calles pompeyanas descubriendo entre guijarros y columnas desportilladas la historia de la antigua ciudad romana. Allí entramos, ficticiamente, a la vinatería (donde se conservan los recovecos excavados en la piedra para añejar el vino Vesuvinum –propio de la región–), a los templos, a las termas, a la panadería (donde aún se erige el horno donde cocían el pan y en el que se encontraron 33 panecillos carbonizados intactos después de la erupción, -alguien se olvidó de apagar el horno-) y entre otras cosas, al lupanar (donde pompeyanos y extranjeros eran atendidos por los “servicios sociales”, según dijo el guía).

Además, en Pompeya también nos dio tiempo para perder la compostura recreando la famosa imagen de los Beatles en Abbey Road o bien sacar alguna que otra fotografía poco seria (como sacar fotos instantáneas de nuestros saltos desde las columnas). /Todas ellas en el Picasa/.

La visita de la ciudad terminó en el supermercado, pero no en uno antiguo, sino en uno bien moderno llamado Carrefour. Situado fuera del complejo arqueológico, la multinacional francesa fue parada obligada, aunque nos robase horas de ocio en Pompeya, para comprar (cómo no) bebida y algo de víveres con los que alimentar el picnic del día siguiente en Capri.

La pequeña isla del golfo napolitano fue el próximo destino. Casas colgando de las faldas de las montañas pintadas por la brisa mediterránea, estrechas callejuelas combinando los negocios locales de ultramarinos con las boutiques de grandes marcas, y un sinfín de senderos que recortaban las sinuosas pendientes de los acantilados y nos precipitaron hacia los ‘faraglioni’. Un conjunto de calas y grandes rocas que surgían del mar donde tomamos el sol al más puro estilo cañí, llenamos el estómago con la compra carrefourniana y hasta nos remojamos los pies (algunos el cuerpo entero) en aquellas aguas cristalinas infestadas de medusas violetas.

Capri nos dejó impregnado en el cuerpo el olor a sal y a brisa marina del que poco después nos deshicimos con una buena ducha y una exquisita cena en un restaurante napolitano, “Lo squalo” (el tiburón). Junto a nuestro inseparable checo, un asturiano, un castellanoleonés y una serbia que hablaba siete lenguas, degustamos el pescadito del golfo de Nápoles (ése que los pescadores exhibían en improvisadas lonjas) y la especialidad de la “casa”, la pizza napolitana (dos “Vesubios”, una “Tonnata”, una “Caprese” y dos “4 stagioni”). Y de postre, un dulce típico napolitano, la “pastiera”, una torta echa de harina, huevos, ricotta, leche y los trucos del artesano.

Para poner el broche a nuestra escapada a Nápoles y alrededores, la última escala la hicimos en Caserta, un municipio situado al norte de la región, que alberga el Palacio Real de Casa Borbón-Dos Sicilias. Caminamos entre alfombras con siglos de historia y bajo lámparas suntuosas que iluminaban los frescos de los techos de las estancias. Andamos 6 kilómetros por los jardines reales, inmortalizamos los momentos de cansancio y desvaríos bajo la lluvia, y esprintamos en los últimos segundos antes de volver al autobús en una ajustada competición maratoniana entre España, República Checa y Serbia en la que la primera fue la clara vencedora.

Sin duda, un viaje inolvidable que nos deja nuevos amigos, amplía fronteras y prepara el terreno para el que será el último viaje ESN, la Apulia (Puglia –el tacón de la bota–).

Ecco qua! Las fotografías de la “gita” (excursión) a Nápoles y alrededores.

¡Saludos!

P.D. Iremos actualizando los álbumes picasa con nuevas fotos. ¡Atentos!

Rubén

Volcanizados

| Etiquetas: , | Posted On 20 de abril de 2010

Nuestra subida al Vesubio se vio deslucida por la erupción de otro volcán. El Eyjafjalla despertó poco antes de asomarnos al de Nápoles. Entonces las informaciones que nos llegaban eran muy confusas. Que si miles de evacuados. Que si la nube de gases tóxicos amenazaba a la población. Que si los vuelos de Inglaterra se suspenden. Y los de Bélgica. Polonia, Noruega y Suiza. Que si media Europa paralizada

Y nosotros en medio de las ruinas de Pompeya: una ciudad que hace 2000 años quedó sepultada por una erupción parecida. Pasaban los días y poco a poco recibíamos más noticias. Y cada vez más contradictoria. Ahora ya no se podía volar ni a Logroño ni a Gijón. Una vez que vimos las imágenes por televisión de la erupción y las fotos en los periódicos, nos dimos cuenta de la magnitud del asunto.

En realidad no nos habría preocupado tanto el asunto del volcán, de no ser porque esta semana teníamos que viajar a Bratislava. Era un viaje que habíamos planeado con Frantisek (el checo) para visitar Centroeuropa, ya que íbamos a ver Budapest, Viena y finalmente Praga. De esa forma comenzamos a interesarnos por la fecha de reapertura del espacio aéreo europeo. Y eso ya fue el acabose. Nos llegaron a decir incluso que tardaría hasta seis meses. Y mientras nosotros veíamos como se acercaba el día de irnos y los aviones seguían ‘aparcados’.


Ver Vaya Plan Es Bolonia en un mapa más grande

Por fin llegamos a casa y aunque algunos países ya tenían abiertos sus cielos,Ryanair fue tajante. ‘Cancelados los vuelos hasta el miércoles 21 de Abril’. Así que con más pena que rabia hemos cancelado las reservas de los hoteles y devuelto los billetes de tren que teníamos comprados.

¡Qué se le va a hacer! Siempre nos quedará el Google Earth...

Eso sí, ya que vamos a pasarnos esta semana aquí en Italia, no pensamos desaprovechar ni un minuto… Ya os iremos contando.

Salva.

A los pies del Vesubio (I)

| Etiquetas: , , , , , | Posted On 19 de abril de 2010

Pensaba que en Italia, por ser un país alargado, las carreteras iban a ser líneas rectas que recorriesen las ciudades “da nord a sud”; y por tanto no me iba a marear. Y encima que como iba a viajar de noche, iba a pasarme todo el trayecto dormido. Pero ni con esas conseguí librarme del “male di macchina” (mareo). Al final, tras una noche movidita llegamos a Nápoles, la capital del sur italiano.

Antes de adentrarnos en esta megalópolis, unas recomendaciones: llevar siempre la cartera en los bolsillos delanteros, con un máximo de 30€ en efectivo; no separarse del grupo y mucho menos recorrer las callejuelas; alejarse de los trileros y vendedores ambulantes, que ofrecen IPhone’s por 50€; y sobre todo no cruzar la calle sólo. Y es que Nápoles es una caos organizado, donde los coches no respetan ni los semáforos, ni las señales y mucho menos los pasos de cebra. A modo de curiosidad, tres de cada cuatro coches tenían una abolladura o un faro roto. La ciudad tiene fama, mejor dicho mala fama, de ser conflictiva. Obviamente no vimos a El Padrino, pero el ambiente de trueques y chanchullos está presente hasta cuando vas a comer a un restaurante.

Aun así es una ciudad con un encanto particular. Es cómo viajar a una película de Fellini, donde todavía las mujeres mayores bajan la basura con un cordel desde el balcón, y se llama a los niños por la ventana para cenar, porque están jugando en medio de la calle (aunque por ésta pasen coches). Y todo coronado por el gran Vesuvio (en italiano la segunda se escribe con ‘v’ y no con ‘b’).

El horizonte es completamente plano: a un lado el mar Tirreno y al otro la llanura de la “Campania”. La línea recta sólo se rompe por el impresionante volcán, y sus colinas contiguas. Entre ellas alguna por las que se esparce la ciudad. Y es que Nápoles es un sinfín de bloques de edificios a modo de colmena, unidos por cientos de tendidos eléctricos y farolas colgantes.

La ESN lleva haciendo este viaje desde hace siete años, así que ya saben cómo moverse por la ciudad. Nos hicieron un tour por las principales calles llenas de puestos ambulantes. Unas cuantas fotos en la antigua fortaleza y una “gelatto” en la plaza del Plebiscito completaron la jornada, que acabó con una cena a base de pizza al modo napolitano (no, no existe una ‘pizza napolitana’, como no existen los ‘spaghetti a la boloñesa’. La pizza se caracteriza en Nápoles por tener los bordes gordos, no por los ingredientes que lleva). Otro de los platos típicos de la región es el pescado que en la mayoría de restaurante suele ser fresco. Aunque también lo puedes comprar directamente a los pescadores; y es que vimos como al desembarcar en la playa, montaban improvisadas lonjas donde exhibían los animales todavía vivos y coleando.

Todos los viajes de la ESN incluyen de alguna forma el alcohol en su agenda y éste no iba a ser menos. Lo que pasa es que cada uno se lo toma como quiere. Están quienes fomentan el mito de Erasmus igual a borrachera continua; y quienes no dependemos de una botella para pasar una noche de fiesta. De esa forma, cuando cayó la noche nos reunimos en la terraza del hotel, y compartimos unas risas a los pies del Vesubio.

A grito de “sveglia” (despertador), a las ocho de la mañana nos preparamos para subir al Vesubio. Una vez arriba del volcán, cuando visitábamos el cráter y después de que la guía nos contase cómo fue la explosión del 79 d.C. que sepultó Pompeya, nos enteramos que media Europa estaba sobrevolada por las cenizas del volcán de Islandia. En el que estábamos sólo salían pequeñas columnas de humo, que la guía se apresuró a decir que eran normales chimeneas naturales de vapor de agua. Pero por si acaso, nos hicimos la foto y bajamos rápidamente de allí. Eso sí, ya podemos decir “yo he estado en el cráter de un volcán”.

Y así, como la lava, descendimos dirección Pompeya. Pero eso ya es otra historia...

Ahora os dejo con las fotos de esta primera parte




Hasta entonces, un saludo boloñes. Salva.

Made in Italy

| Etiquetas: , | Posted On 11 de abril de 2010

Las mujeres en ropa interior monopolizan la televisión italiana y fortalecen el estereotipo machista del país

Podría hacer referencia a los últimos modelos de ropa de la pasarela de Milán o bien a un delicioso producto gastronómico del país, pero desafortunadamente el sello “Made in Italy” etiqueta la cantidad de mujeres que exhiben su cuerpo en ropa interior en la televisión italiana.

Esa es la realidad que vive Italia a través de la televisión. La figura de las “velinas” (azafatas, bailarinas o simplemente mujeres que muestran su cuerpo en los programas de televisión), es cada vez más habitual. Un hecho que en el siglo XIX es calificado por muchos países como machista y denigrante para la mujer -entre ellos España-, y que en Italia no hace más que reforzar el cliché del machismo de los italianos.

La televisión en Italia, concretamente aquella que pertenece al grupo Mediaset, muestra a mujeres delgadas y con buena apariencia en ropa interior, cuyo papel delante de la cámara es contonearse en minifalda y ropa ajustada. Para abrir la cabecera de un programa, para enlazar contenidos, para despedir el espacio o simplemente como reclamo de provocación hacia el espectador. Lo cierto es que la figura de la bailarina o la azafata de concurso se ha visto forzada a obedecer un rol de fuerte connotación sexual y escasa utilidad profesional.

La práctica italiana recaló en España a principios de los noventa en la etapa de las
Mama-Chicho y las Cacao Maravillao en Telecinco, pero finalmente murió a mediados de dicha década. Tras su muerte coletearon algunos espacios como Crónicas Marcianas, que aunque instalado en el late night, mostraba a tres chicas que bailaban provocativas subidas en lo alto de una mesa o enredadas en una barra de metal. Pero aquello se extinguió definitivamente en 2005 y no ha vuelto a resucitar, salvo en contadas ocasiones.

Sin embargo, en Italia las chicas pugnan por ocupar un tercio de la pantalla del televisor con un bikini ceñido. Una de ellas, Raffaella Fico, ex-concursante de Grande Fratello 8 y famosa en Italia por subastar su virginidad por un millón de euros, muestra sus encantos todas las tardes a las ocho en punto en el concurso Il colore dei soldi de Italia1, un espacio familiar ubicado en una franja que en España está protegida por ser horario infantil.

Raffaella Fico - Il colore dei soldi

Pero aquí no hay horarios ni franjas restringidas. Una hora más tarde, a las nueve, Striscia la notizia, un programa satírico del Canale 5 que recuerda a El Informal, abre su sintonía con dos chicas jóvenes que bailan sobre la mesa de los presentadores mientras la cámara enfoca desde diversos ángulos su anatomía.

Striscia la notizia

Cinzia Venturoli, docente de la Universidad Alma Mater de Bolonia e investigadora de numerosos proyectos sobre la mujer, asegura que “estas muchachas echan por tierra los derechos y la dignidad que persiguieron años atrás, las mujeres italianas por afirmar sus derechos”. Y remarca que estos actos sólo arriesgan y desprecian la figura de la mujer.

Mientras tanto, los focos de la televisión italiana alumbran a estas estrellas de luz artificial que cuando acaba el espectáculo no sólo recogen la desnudez de su cuerpo, sino también la de su dignidad.

Rubén

Se nota, se siente...

| Etiquetas: , , | Posted On 5 de abril de 2010

¡EspaÑa está presente!

Llevamos 6 meses en Bolonia y podemos afirmar que pocas veces hemos echado de menos nuestro país. Vale, es cierto que el jamón y todo lo que tenga que ver con la comida española aquí no lo encontramos, y que en más de una ocasión nos han dado ganas de coger un avión y plantarnos allí para la paella del domingo. Pero lo cierto es que nuestro país está muy presente en la vida boloñesa, y no precisamente porque el 60% de los Erasmus en Bolonia sean españoles.

En los supermercados, por las calles, en los cines, en las librerías, en los hoteles… y por supuesto en nuestro balcón. España está por todas partes. ¡Echad un vistazo!

Punto nº1: La bandera

Los primeros días en Italia los dedicamos a encontrarles acomodo a todos los bártulos que trajimos desde Alicante. Nosotros, como todo Erasmus, también nos echamos un par de banderas al bolsillo para colgarlas en algún sitio. En Italia es fácil ver banderas nacionales expuestas en los balcones durante todo el año, y no sólo para los eventos deportivos como ocurre en España. Nuestras vecinas de arriba tienen colgada en el balcón la bandera sarda y los de enfrente, la italiana con la inscripción “Arezzo” (una ciudad de la Toscana). Así que nosotros, ni cortos ni perezosos, colocamos la nuestra en el balcón. (En el álbum Picasa están las fotos).

Punto nº 2: La comida

¿Quién nos iba a decir que los tomates que le echamos a las ensaladas o esos ajos que nos dejan un olor casi permanente en los dedos, provenían de ¡Murcia! Los pimientos, el atún, las aceitunas… Todo producto “made in Spain”.

Punto nº3: La cultura

En Bolonia no hay plaza de toros ni ningún cortijo andaluz, pero lo que sí hay son carteles por las calles más transitadas ofreciendo clases de flamenco. Y es que el tópico de que sólo atrae a alemanes, ingleses o japoneses debe hacer un hueco para los italianos. Y si no, ved las fotos.

Punto nº4: El ocio

Los comercios boloñeses saben que por las arterias de la ciudad fluye sangre española. Por eso, muchos exhiben en la entrada el cartel: “Se habla español”. Paseando una tarde por el centro histórico, nos fijamos en el escaparate de una de las tantas librerías que están repartidas por el casco urbano. ¡Pero si es Letizia! ¡La princesa! No, no estaba comprando un libro sino que aparecía en un libro. ¿Recordáis esa “escandalosa” portada de Letizia con Carla Bruni que tanto revuelo causó en nuestro país? Pues aquí en Italia ha dado hasta para escribir un libro. (Fimmini de Pietrangelo Buttafuoco, por si a alguien le interesa).

Pero no sólo en libros encontramos damas cañís, pues nuestra Penélope también se cuela en los cines de la pequeña Bolonia. En noviembre se estrenaba en Italia “Los abrazos rotos”, -cuando los españoles la vimos en marzo del año pasado y en agosto ya la teníamos en dvd. //Hay que añadir que por aquí todavía no hemos visto “Ágora”, y un servidor la espera muy impaciente//.

Y ya para terminar dos cosas. Una: los hoteles. Dos grandes cadenas hoteleras de nuestro país (AC Hotels y NH Hoteles) se han instalado en Bolonia. Este último se encuentra a 5 minutos de casa y pasamos por delante de él todos los días, por lo que la bandera española que cuelga del mástil, nos recuerda siempre de dónde venimos. Y Dos: un anuncio del Ministerio de Cultura que encontramos en el tablón de anuncios del Dipartimento di Scienze della Comunicazione. ¿Qué hacía el Ministerio de Cultura publicitándose en Bolonia?

En fin, entre arcos y pasta, esperamos seguir encontrando atributos que nos recuerden a la tierra del “paella, toros y olé”.


¡Un saludo!

Rubén