Los Siete Secretos de Bolonia

| Etiquetas: , , | Posted On 23 de agosto de 2010

¡Si tenemos un Blog…! ya ni nos acordábamos. Y es que después de dos meses en España, volver por a esta web es caer en un cúmulo de recuerdos enorme. Por eso, Rubén y yo hemos decidido dejar paso a los nuevos Erasmus, que en apenas un mes comenzarán su aventura. A todos ellos; a todos vosotros que nos habéis estado siguiendo (o nos acabáis de encontrar buscando en Google “Erasmus en Bologna”), os animamos a abrir un Blog. Contadnos vuestras aventuras y compartir vuestra experiencia italiana. Contagiarnos de vuestras vivencias y sobre todo: dadnos mucha envidia, disfrutando tanto como lo hemos hecho nosotros.

Por nuestra parte, no podíamos despedirnos sin descubriros una cosa. En realidad, siete. Ya lo veníamos avisando desde hace mucho tiempo, pero lo fuimos dejando y al final no lo hemos contado. Es un secreto. Bueno, son “sette”. Siete secretos que se esconden en Bolonia. Siete cosas que pasan desapercibidas para los turistas, pero que todo estudiante tiene que encontrar. Debe encontrar. Porque son siete secretos que sólo se revelan a quien ha recorrido la ciudad varias veces; de puerta a puerta.


Lo bueno que tienen los secretos es que son secretos. No se pude decir dónde están. Ni te los pueden enseñar. Los tienes que descubrir. Fue lo que hicimos nosotros en Bolonia, y lo que les dijimos a todos lo que vinieron a visitarnos. Por eso no vamos a revelaros su localización. Y os pedimos que vosotros tampoco lo hagáis, ni ahora ni a quien os visite. Porque el encanto que tiene Bolonia es que sólo muestra sus encantos quien de verdad vive la ciudad. Pero no vamos a ser “cattivi” y os vamos a dar unas pistas…


I Sette Segretti”:

1. La Finestrella

Es quizás uno de los más famosos. Un secreto a voces. Y en este Blog lo hemos fotografiado varias veces. Según cuentan los libros de historia, existían varios canales navegables por medio de la ciudad, y se llegó a conocer a Bolonia como la “piccola Venezia”. Los usaban para trasportar mercancía y para hacer girar los molinos de los talleres. Durante una de las reformas urbanística de la ciudad, la mayoría fueron soterrados y reconvertidos en cloacas. Pero hubo uno que sobrevivió y todavía hoy fluye por una calle de la ciudad. Desgraciadamente no está a la vista de todos, sino en un patio de luz. Y sólo se puede ver a través de una pequeña “finestrella” que está en Via… [y hasta aquí puedo leer].


2. L’arco della Voce

¿Alguna vez te han dicho que las paredes oyen? Pues en el corazón de Bolonia puedes comprobar que hasta los arcos trasportan tu voz. Si le confiesas un secreto a la estatua del patrón de la ciudad, lo oye la de san Doménico, que desde enfrente se refugia bajo el mismo arco. Eso sí, la penitencia por oír la voz del de enfrente es colocarse cara a la pared… [y hasta aquí puedo leer]


3. L’inferno a casa

Cuentan las lenguas antiguas, que en una concurrida plaza de la ciudad vivía una familia aristócrata conocida por las rencillas internas que tenían. Cuando el padre de familia mando esculpir los rostros de todos los que habitaban en aquel palacete, el arquitecto se la jugó. Y es que entre las caras de los hijos y hermanos del mecenas esculpió el rostro del demonio para ejemplificar que en medio de todos ellos habitaba Lucifer. Y todavía hoy sigue su efigie observando a todo el que pasa por la Piazza… [y hasta aquí puedo leer].


4. Il sole in un buco

Este secreto sólo se puede ver cuando el sol está en lo más alto (y sólo en los meses de noviembre a marzo). Justo en ese instante el Astro Rey se empequeñece hasta colarse por un agujero del techo. Y cae sobre una línea dorada marcando el día exacto en la meridiana más larga del mundo, dentro de la Chiesa di… [y hasta aquí puedo leer].



5. Un minuto di silenzio

Justo donde más carreras se suceden porque no se llega a tiempo, el tiempo se detiene. Y es que al terminar la IIGM unos terroristas quisieron parar el avance de la democracia. Pero sólo consiguieron detener las manecillas a las 10.25h de un 2 de agosto. Encontrar ese reloj no sólo es hallar un secreto, sino recordad a todas las víctimas del fascismo italiano. Sus nombres se pueden leer justo debajo del Orologio della… [y hasta aquí puedo leer].


6. Cannabis protectio

No es italiano, es latín y es que hubo una época en la que el pan era “vita”, el vino “laetitia”, las flores tenían un “cantone” y el cannabis estaba “protectio”. Prueba de ello es que hoy podemos saber dónde se resguardaba el vendedor de las hojas de cáñamo, ya que todavía se puede leer esas inscripciones en el techo de un arco de Vía… [y hasta aquí puedo leer].


7. Prospettiva eccitante

La última de las leyendas es la más famosa de Bolonia. Y hace referencia a la estatua de la plaza central de la ciudad. Cuentan que el arzobispo, cuando salió de la Basílica, se escandalizó ante el grosor varonil del dios pagano que presidía la fontana central y mandó rehacer la estatua. El escultor tuvo que obedecer, pero no se resignó sólo a cortar el miembro a su obra e incluyó unos cuantos cambios más. De tal forma que aparentemente vemos al dios desnudo en reposo, pero cuando encontramos la perspectiva adecuada, podemos estimular sus dotes. Eso sí, este efecto sólo se puede ver desde la posición adecuada, que es desde… [y hasta aquí puedo leer].


Ya está. Son todos los que están. Pero no están todos los que son.

Y es que Bolonia ofrece “cento e una cosa” para ver. Se podría decir que a parte de estos, cada un tiene sus propios secretos. Esos lugares con encanto que sólo uno conoce y que revela a quien quiere. Prueba de ello es que durante nuestra estancia nos llegaron varias versiones sobre los secretos. Os hemos contado la más extendida, porque las demás eran muy confusas o directamente inventadas.

Quizás si tuviéramos que añadir uno más a nuestra lista, incluiríamos uno que sólo nosotros, los Erasmus, lo podríamos considerar como secreto. Se trata del origen de todo…

Resulta que uno de los primeros edificios de la Università Alma Mater, situado en pleno centro, están estampados los escudos de todos los Doctores Honoris Causa que han pasado por la ciudad. Entre ellos el escudo del primer Erasmus. La heráldica de Erasmo de Rotterdam. Encontrarlo entre los centenares de escudos es una ardua tarea, pero fotografiarse con él es obligación de todo descendiente de Erasmo.

Y así, con el escudo del primer estudiante Erasmus, cerramos este post de secretos y leyendas. Y os emplazamos a buscarlos una vez que lleguéis a Bolonia. Pero sabed que el verdadero objetivo no es encontrarlos, sino disfrutar de la ciudad y dejaros encantar por ella mientras recorréis sus calles y plazas medievales.

Un abrazo, Salva

Centroeuropeando

| Etiquetas: , , | Posted On 4 de julio de 2010

¡Saludos!

Hoy me toca a mí coger el relevo en este blog. Después de tres semanas de intenso ajetreo por los exámenes que quedaban por finiquitar para terminar el curso y por el jet lag/síndrome post-Erasmus que nos produjo nuestra despedida de Bolonia, aquí seguimos para ir desgranando las cosas que nos dejamos en el tintero Erasmus. Y… ¡cómo no! Lo hacemos con un viaje. Esta vez… ¡Centroeuropa!

Nuestro “giro” por las tierras del Danubio, ése que fue cancelado por la nube volcánica pero que después encontró una suculenta oferta, cortesía de Ryanair, dio para mucho y ahora toca contarlo para que vayan tomando nota los futuros Erasmus o los futuros viajeros. Y es que, que la combinación áerea (siempre con Ryanair) Bologna-Bratislava, es un puente directo para los Erasmus boloñeses hacia Centroeuropa.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid... Con la tontería de que Bratislava tiene el aeropuerto, Viena está a una hora en autobús por 10 euros de la capital eslovaca, Budapest también está “ahí al lado” conectada perfectamente con autobuses y trenes, y que Praga era visita obligada porque íbamos con nuestro pragués más famoso (Frantisek),Negrita pues estaba decidido… ¡un macrotour por 4 países en 6 días! ¿Quién ha dicho imposible?

Con casi 1000 fotos en la cámara (¡y son pocas!) y miles de kilómetros recorridos en autobuses y trenes, recorrimos Centroeuropa a ritmo de vals, danzas húngaras y el mejor euro-dance (gracias a las radios eslovaca y húngara). A modo resumen se puede decir que…

Día 1 Bolonia – Bratislava – Budapest
La capital de Eslovaquia es una ciudad muy pequeña visitable en un sólo día. Sin necesidad de entrar a museos ni palacios, lo mejor de Bratislava está en sus calles.
Lo bueno: barata, muy barata. Tranquila. Tiene euros. Puedes ver como el Danubio se derrama a lo ancho partiendo la ciudad en dos y ver lo inmenso que es.
Lo malo: es una ciudad muy poco turística. Apenas se habla inglés y los eslovacos se muestran poco dispuestos a ayudar al turista. (Menús en eslovaco, horarios de transportes en eslovaco, malas señalizaciones de estaciones de tren, autobús…).

Y tras pasear todo el día por Bratislava, a las siete de la tarde cogimos un bus directo hacia ‘la perla del Danubio’.

Día 2 Budapest – Viena
Llegamos a Budapest de noche (sobre las 23:40) cuando el metro estaba a punto de cerrar, sin dinero húngaro (forints - UHF) para comprar los billetes y sin ninguna idea de cómo llegar al albergue. Pero gracias a dos chicas aquencianas (gentilicio de Budapest) que nos regalaron sus billetes de metro y nos indicaron el camino, llegamos hasta el albergue. Por cierto, un albergue muy bueno (9 euros/noche con desayuno incluido, buenas condiciones y personal amable).
Lo mejor: la ciudad en sí -es increíble-, la hospitalidad y amabilidad de la gente con los turistas, la deliciosa comida húngara.
Lo peor: el idioma, aunque aquí sí hablan inglés y ayudan a los extranjeros. En un día es imposible visitar toda la ciudad. ¡Queda pendiente!

Tras exprimir Hungría al máximo, cogimos un tren (32 euros – un pelín caro pero muy cómodo) hacia la capital de Austria, Viena, donde aprovechamos la noche para pasear y recorrer la ciudad.

Día 3 Viena – Praga
En Viena pusimos en práctica el itinerario marcado en la guía turística, que nos llevó por los lugares más emblemáticos de la capital. Nos quedamos con las ganas de probar una salchicha vienesa pero saciamos el apetito con un pastel típico de la ciudad: el sacher.

Lo bueno: el encanto de la ciudad y sus edificios neoclásicos.
Lo malo: es una ciudad cara, tanto para comer como para visitar, y está repleta de turistas.

Días 4 y 5 Praga
Simplemente, la joya de Centroeuropa. Allí, gracias a nuestro anfitrión, recorrimos los lugares turísticos y los secretos praguenses que escapan al afán curioso de los turistas. Castillo de Praga, Catedral de San Vito, Puente San Carlo, Museo Mucha, barrío judío (con sinagogas y un cementerio), Universidad de Praga... ¡Vamos, que nos quedó poco por ver!
Lo mejor: sus edificios medievales y su historia, y la comida checa. Además, de aprender una palabra nueva "defenestración".
Lo peor: el frío. Si viajas a Praga échate ropa de abrigo porque “refresca”, y mucho turismo, que está acabando con los habitantes de la ciudad en el casco antiguo.


Día 6 Praga – Bratislava – Bolonia

Vuelta a casa y a descansar. Despiertos desde las cinco y media de la mañana, hora en la que Praga ya es de día, y tras pillar un autobús que nos llevó a Bratislava, cogimos muy por los pelos el avión de retorno a Bolonia.

[En breve] Un vídeo con algunas de las fotografías para que os hagáis una idea de lo que fue Centroeuropa. Si bien con un homenaje a la República Checa…

¡Saludos!

Rubén

en 50m2

| Etiquetas: | Posted On 3 de julio de 2010

Hace ya más de dos semanas que no nos asomamos por estas tierras pero comprendernos, volver a ver todas estas imágenes nos produce una sensación de melancolía extraña. Además no sabíamos como clausurar esta bitácora después de nueve meses de convivencia italiana, así que hemos decidido ir dejándolo “piano piano”. Como una terapia iremos paulatinamente cerrando temas y plasmando nuestras últimas impresiones…

Hablando de últimas impresiones, me gustaría compartir cómo fueron las últimas horas en la ciudad de la mortadela. Prometo no ser muy emotivo, porque bastantes lágrimas hicimos y nos hicieron derramar. Y es que pese a ser días de despedida, nos rencontramos con muchos compañeros y juntos recordamos los mejores momentos de nuestra estancia.

Pero antes de la fiesta de despedida tuvimos que lidiar con toda la burocracia administrativa. Menos mal que el jaleo de papeles en la Universidad de “partenza” es mucho más simple que el de llegada. Una firmita por aquí y un sello por allá, y libres. Oficialmente habíamos acabado con nuestra Erasmus. Lo más curioso es que justo en la ventanilla continua estaba nuestro amigo Mirko, preparando todo el papeleo para venirse de Erasmus a España. Así es la vida: unos que vienen otros que se van…

Lo más complicado fue deshacernos de algunas cosas como la bici o la “chiaveta” de Internet. La primera por el valor sentimental que tenía y la segunda porque casi nadie la quería comprar. Al final las bicicletas han encontrado dueño y todavía hoy seguirán rodando por las calles de Bolonia. Lo que espero que no siga aún por aquellas tierras son los alimentos que nos sobraron. Y es que hicimos una caja con las sobras de nuestra despensa y se lo regalamos a las vecinas de arriba. Esas mismas que en cada fiesta molestábamos para pedirles el “aprebotiglie”. A priori puede parecer un regalo de pésimo gusto, incluso un “anti-chollo” como los del “Un, dos, tres”, pero cuando eres estudiante, una botella de aceite regalada, se acepta sin regañadientes (y más si el de oliva “extra vergine”).

De esa forma, poco a poco nuestra casa fue retomando el aspecto del primer día. Y no por la limpieza, sino por el vacío. El blanco de las paredes parecía más blanco con las estanterías vacías y los armarios huecos. Todo listo y empaquetado en tres pesantes maletas donde los recuerdos se agolpaban entre los jerséis y los vaqueros. Y todo sin pasarse de su peso justo… porque volar con Ryanair significa hacer “le valigie” con el peso (que nos dejaron la vecinas de arriba; con lo que se ganaron, más todavía, la botella de aceite y los cartones de leche).

Y cayó la noche en Bolonia. Nuestra última noche. -“Non è pioggia, è il celo chi piange per la vostra partenza” (no es lluvia, es el cielo quien llora por vuestra despedida) nos dijo el checo nada más llegar a casa empapado. Después de él llegaron el resto de amigos Erasmus. Franceses, belgas, italianos y hasta una serbia… las de canarias, valencianas y de Valladolid… todos en menos de treinta metros cuadrados y bajo la bandera italiana que colgamos en la pared.

A ritmo de “i migliori anni della nostra vita” fueron firmando uno a uno la bandera, que a día de hoy ondea en mi cuarto ilicitano. Es imposible condensar en poco más de 50 cm2 tantos mensajes cargados de emotividad; y como una imagen vale más que mil palabras, programamos la cámara y nos hicimos esta última foto de grupo:

El resto de la “serata” se resume en varias pizzas, Santo Stefano y un baile en los “Giardini” frustrado por el mal tiempo. Pero eso no fue motivo para que no cantáramos bajo la lluvia y nos prometiéramos ante la mirada de Asinelli y Garisenda, volver a reunirnos dentro de un par de años en ese mimo lugar, para subir todos juntos a la torre.

Sin duda una noche que sirvió para recordar y que será recordada…

Un abrazo, Salva.

Il migliore anno della nostra vita

| | Posted On 16 de junio de 2010

Quién no salta es un francés

| | Posted On 15 de junio de 2010

En Italia los comercios suelen cerrar antes de las 20h, aunque incluso después de esa hora, Via Indipendenza sigue abarrotada de gente que sube y baja desde la estación de tren hasta la piazza Maggiore. Normalmente si tengo que hacer este recorrido uso cualquiera de las paralelas a esta Via, pero hoy no me ha hecho falta. A las 20.15 la gente ha desparecido en Bolonia.

Al principio no sabía muy bien qué ocurría. Pero todas las dudas se me han despejado cuando poco antes de ‘y media’ ha estallado el cántico “Fratelli d’Italia” por toda la ciudad. El Himno italiano sonaba en cada casa, en los bares, en las cervecerías y hasta en piazza Verdi. Y es que Italia se preparaba para disputar el primer partido del Mundiale di Calcio di Sudafrica.

Y es que aquí en lugar de “la roja”, es “la azurra” (la azul) quien levanta pasiones. Si ya normalmente hay decenas de banderas tricolores por la calle, desde que empezó el mundial el “rosso-bianco-verde” se ha multiplicado y ahora hondea en todos los establecimientos: desde los de ropa, hasta los restaurantes. Desde el monolocale se podían oír los gritos de desesperación de la primera parte, cuando ha marcado Paraguay. Y en la segunda, los cánticos de celebración cuando De Rossi ha igualado el marcador.

Es muy curioso como el “calcio” (fútbol) se vive igual en todas las partes del mundo. Lo que pasa es que cada país tiene los cánticos adaptados a su historia. Y aquí en Italia nos ha llamado mucho la atención lo que gritan para hacer botar a todo el estadio:

Casi todos confían en que la “azurra” repetirá el éxito de hace cuatro años en Alemania y así cantar una vez más “siamo campione del mondo”. Pero para recodarles que no lo tendrán fácil estamos los españoles, quienes les recordamos que: “siamo campione de Europa”. No suena igual, pero al menos recordamos que España parte como favorita en este Mundial. Tanto es así que muchos locales que ofrecerán las retrasmisión de los encuentros, han colgado en la puerta carteles de “qui tutte le partite d’Italia e Spagna” (aquí todos los partidos de Italia y de España). Y alguno incluso tiene colgada “la roja” entre tantas banderas “azurre”.

Nosotros, por nuestra parte, no podemos dejar colgada la de nuestro balcón por mucho tiempo más, pues en dos días regresaremos definitivamente a casa y tenemos que dejar el monolocale libre para los Erasmus del año que viene. Así que para retirar la bandera con todos los honores y celebrar nuestra despedida de Bolonia, hemos organizado un último aperitivo en casa… y de paso celebrar el nacimiento de las palomas, que cada día que pasan están más grandes.

Ya os contaremos como van los preparativos de nuestra “partenza”.

Un abrazo, Salva.

Balance internacional

| Etiquetas: , , | Posted On 10 de junio de 2010

Uno de los síntomas de que el final de curso está cerca, son los balances. A veces son los padres quienes se reúnen con los profesores, otras los presidentes de las empresas con los empleados… Y en este caso el Padre con el Presidente.

Al igual que antes de comenzar nuestra Erasmus, Zapatero ha venido a Italia. Esta vez, a falta de pocos días para nuestro regreso definitivo, se ha reunido con Berlusconi para comprobar cómo nos han ido estos nueve meses en el Bel paese y hacer así un balance de nuestra estancia. Se rumorea que ha sido el propio Cavaliere quien ha propuesto esta reunión. Lo que nos hace preguntarnos ¿Qué habremos hecho para que Berlusconi tenga que llamar a Zapatero al término de nuestra beca en Italia?

No sabemos de qué han hablado fuera de los tópicos de la crisis y del euro, pero ha habido un gesto delatador: el premier, al término de la comparecencia le ha dado la mano a Zapatero y ha salido corriendo (literalmente).Ale, ya han acabado la Erasmus, ahora igual que vinieron te los llevas de vuelta a España”, ha murmurado Berlusconi entre dientes. El pobre presidente español, se ha quedado atónito ante esta situación pensando: “con la que tengo yo montada con los sindicatos en España y ahora encima vuelven estos dos”



Pero la visita de Zapatero no sólo ha servido para reunirse con Berlusconi. Esta vez ha hecho además una parada en el Vaticano y se ha entrevistado con el Santo Padre. Esto sí que nos asusta: ¡qué habremos hecho para que ZP tenga que ir a hablar con el Papa! ¿Quizás Benedicto XVI se ha chivado que nos hicimos una foto en la Capilla Sixtina?

En cualquier caso, nosotros hemos disfrutado mucho en el país de la pizza, el “gelato” y la “nutella”. Y si nos tenemos que quedar con una frase de este encuentro “italo-spagnolo”, sería sin duda la que ha pronunciado Berlusconi al final de su discurso: “più si viene in Italia, più ci fa piacere, naturalmente” (cuanto más vienes a Italia, más te gusta).

A falta de una semana, para el final: un abrazo, Salva.