Pic-nic a la margarita

| Etiquetas: | Posted On 24 de mayo de 2010

En pleno mes de mayo Bolonia es un hervidero. Un hervidero de prisas, de trabajos por hacer y prácticas por entregar, de exámenes por preparar, de tareas y encargos que se agolpan en la agenda, de hipótesis para calcular cómo meter una casa entera en una maleta de 15 kilos, de despedidas de gente extraña y no tan extraña con la que has vivido 9 meses.

Dicen que las despedidas son amargas, y para sobrellevar el trance por el que pasan todos los Erasmus, a estas alturas del curso hay que ir preparando el terreno. A nosotros nos quedan aún muchos viajes por hacer y muchos otros que se quedan en el tintero por falta de tiempo. Pero ante el frenético ir y venir de estos días asfixiantes por el calor bochornoso que penetra en el interior de los pórticos boloñeses, no viene mal tomarse un "kit-kat", aparcar los remordimientos de conciencia y tumbarse a la sombra de los árboles de los Jardines Margherita con los amigos.

Ayer mismo, apenas repuestos de nuestra llegada por el norte de Italia (Turín-Milán-Pavía), se terció un pic-nic en los jardines del sur de Bolonia acompañado de Flash-Mob en Piazza Maggiore. Así pues, casi sin pensarlo llenamos la mochila con una botella de agua, una baraja de cartas y una esterilla y nos fuimos para allá. No sin antes pasar a por los víveres a Pizza Altero, una pizzería donde preparan porciones para llevar.

Tras la comida y con las manos enrojecidas de jugar a "la batalla Corsica", pusimos rumbo hacia Piazza Maggiore para asistir al Silent Rave, un flash-mob en el que todos los participantes debían llevar unos auriculares encima y tras sonar un silbato debían empezar a bailar aparentemente sin ninguna música de fondo, pero con la música propia del mp3; por lo que la imagen surrealista de ver a más de un centenar de personas bailando con unos auriculares y sin música de fondo no tuvo precio. He aquí unas fotos y un vídeo (aunque no es de muy buena calidad).



Y para finalizar la jornada, compramos unas tarrinas en la heladería Gianni (bajo las dos torres) y con ellas nos sentamos en las escaleras de la Basílica de San Petronio a observar quién de los ocho que éramos en el grupo sabía manejar mejor el diábolo.

Frantisek, Salva, Rubén, Salva, Silvia y Gloria

Una parte de Piazza Maggiore en el Silent Rave.

¿Qué más se puede pedir cuando por sombra tienes al estrés? Un puñado de amigos y un pic-nic en Margherita.

¡Saludos!

Rubén

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